viernes, 29 de mayo de 2020

Young Merlin

Allá por 1994 salió al mercado un título para Super Nintendo protagonizado por un joven Merlín.

Una multitud de malvadas criaturas ha sitiado esta tierra que una vez fue próspera. Desde su palacio subterráneo el rey de las sombras dirige a sus secuaces, los mezquinos, para que se infiltren, corrompan y destruyan toda clase de belleza. ¡Y el rey de las sombras está ganando!. Pronto, muy pronto, la tierra entera se estremecerá a una bella doncella, el joven Merlín es barrido por una riada tempestuosa y va a parar a esta tierra encantada. Al explorar descubre el horrible complot del rey de las sombras. Armado con todo un arsenal de objetos mágicos, Merlín se alista en las filas de la dama del lago y derrota a los malvados secuaces del rey de las sombras. Merlín tiene que utilizar todo su ingenio y pericia para penetrar en las defensas del rey de las sombras y aplastarle para siempre.

El juego fue desarrollado por Westwood studios.


Jugué a 'Young Merlin' por primera vez hace bastantes años, me lo prestó un compañero de clase, y me resultó curiosa su narrativa, sin necesidad alguna de frases o diálogos te iban encaminando de un lado a otro. El tema es que nunca me lo pasé. Años después conseguí el juego, y volví a jugarlo, pero de nuevo, tampoco me lo pasé, terminé desistiendo en un punto concreto. Hace poco decidí que ya tocaba tachar este juego de la lista de pendientes, así que, pese a que aún conservo las contraseñas para retomarlo por donde lo dejé, volví a empezarlo, y esta vez sí, hasta el final.

Si bien mi recuerdo era bastante grato, con bastante humor, y un buen apartado visual y sonoro, jugándolo ahora he podido ir bastante rápido gracias a que me acordaba de casi todo, y he visto que el juego es bastante corto, pero abusa en exceso del "backtracking", haciéndonos volver una y otra vez atrás a poco que avanzamos. Luego también abusa de los niveles de las vagonetas, unos niveles de ensayo y error, en los que tendremos que avanzar por laberintos de vías tratando de encontrar el camino correcto y que tendremos que repetir cada vez que nos equivoquemos. Lo más gracioso es que, tras pasármelo, he visto que la última vez que lo jugué estaba prácticamente en el final, en el último nivel de vagonetas que nos lleva hasta el jefe final.


Por todo ello, aunque considero que el juego es muy entretenido, y comprendo que en su día me llamara tanto la atención, ese tipo de mecánicas hoy en día se me han hecho pesadas en determinados momentos.


Ho!

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