Llevo ya varios años con un microhíbrido, o híbrido ligero (conocido más formalmente como mild hybrid (MHEV)), y después de este tiempo quería comentar mis impresiones.
Cuando decidí cambiar de coche, me encontré con la tesitura de qué tipo de coche comprar, ya que un coche es una compra a largo plazo, y con todas las restricciones que están habiendo no quería encontrarme con que en unos años tuviera problemas para acceder a las ciudades, como me estaba ocurriendo con mi coche anterior. Y como no me convencían nada las opciones de un coche eléctrico, o un híbrido normal (enchufable o no), me decanté por el microhíbrido, que sólo por ese apoyo eléctrico al motor de combustión ya recibía la etiqueta eco (que me da algo más de margen que las etiquetas B y C de cara a futuras restricciones).
Me decanté por esa opción principalmente por la etiqueta (sí, si el sistema actual de etiquetas en España es una basura, no tengo ningún problema en aprovecharme de ello), pero también porque me costaba prácticamente lo mismo que la versión de gasolina, y porque sustituir la batería de mi coche no será tan caro como la de cualquier híbrido normal, o incluso puedo plantearme no sustituirla si no me importa perder esos caballos extras que me ofrece en determinados momentos.
El tema es que es un sistema que siempre he visto bastante ridiculizado, considerado incluso como un engaño o una estafa al compararlo con otros sistemas híbridos, pero en mi caso puedo decir que estoy muy satisfecho de mi decisión, primero porque, como ya he comentado, en mi caso no me supuso prácticamente ningún sobrecoste respecto a un gasolina (ni tampoco en el seguro), segundo porque aunque estamos hablando de un sistema que simplemente apoya de forma puntual al motor de gasolina, una vez te acostumbras a cómo funciona puedes reducir el consumo, y por último porque pago menos impuestos por él (aunque no sea algo muy significativo).
En mi caso la reducción de consumo lo noto sólo por ciudad, ya que el sistema va recargando la batería mediante la frenada regenerativa, y cuando hago viajes por carretera no suelo frenar (como mucho carga cuando en algunas bajadas el coche mantiene la velocidad de crucero, pero nada más), y ese menor consumo por ciudad ha sido de aproximadamente un litro menos a los cien (lo sé, porque al principio tendía a embragar al poco de empezar a frenar, pero cuando cambié mis hábitos de conducción para cargar más la batería, mi media de consumo bajó aproximadamente eso haciendo los mismos recorridos).
Así que nada, simplemente quería compartirlo aunque sea un tema que se salga bastante de la temática de mi blog.
Ho!
0 comentarios :
Publicar un comentario