sábado, 13 de septiembre de 2014

Todos tenemos un precio

Como usuario de videojuegos estoy totalmente en contra de los DLCs que se han instaurado en los videojuegos en la anterior generación, la mayoría de contenido dejaba entender que el juego había sido mutilado de salida, para ofrecerte un juego incompleto (a precio de juego completo), y venderte después el resto del contenido. Por ello nunca he pagado por un DLC, ni tenía pensado hacerlo, o eso creía.

A finales del mes pasado Nintendo anunció un par de DLCs para 'Mario kart 8', que incluyen nuevos personajes y nuevos circuitos... y ¡joer!, han conseguido romperme todos los esquemas, porque nuevos circuitos para uno de los mejores 'Mario kart' es muy tentador y jugoso, y claro, me encontré en la tesitura de si seguir siendo fiel a mis principios de no comprar DLCs (la única forma que tengo de dar a entender a las distribuidoras de que no apruebo ese modelo de negocio), o venderme y terminar pasando por caja.

Es por esto que he llegado a la conclusión de que todos tenemos un precio, lo que me recuerda un poco a aquel diálogo que se atribuye a Groucho Marx:

- Señorita, ¿se acostaría usted conmigo por un millón de dólares? - pregúntó Groucho en medio de una conversación
- Por qué no - respondía ella con una sonrisa conociendo además la fama de Groucho
- ¿Y por cien mil dólares? - preguntaba de nuevo Groucho
- Aunque haya variado el precio, sí - contestó tratando de no ser inconsecuente con su anterior respuesta
- ¿Y por un dolar? - insistió Groucho
- ¿Qué se cree usted que soy? - contestaba la dama ofendida
- Lo que es usted ya ha quedado claro, ahora estamos negociando el precio


Ho!

1 comentario:

Tronius dijo...

Justamente estos DLC son lo que deberían haber sido siempre, complementos extra para ampliar el juego

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