Hoy toca rescatar esta categoría para hablaros del aldeano (o aldeana), ese cascarón vacío con el que tenemos que interactuar si queremos jugar a cualquier entrega de la saga 'Animal crossing'. Pero es que aunque ese personaje no sea más que un avatar, sin personalidad alguna, sí tiene ciertos detalles muy turbios.
Lo primero que cabe destacar es que el aldeano es un crío, un crío que un día coge el tren o el autobús (según la entrega), así como si nada y se pira de casa, y todo apunta a que es ¡con el consentimiento de la madre!, pensadlo con detenimiento, ¿qué lleva a un crío a irse de casa?, ¿y por qué la madre se lo permite?, yo no quiero acusar a nadie, pero creo que el padre no es trigo limpio (y a diferencia de la madre tampoco es que muestre mucho interés en la aventura del niño). Por otro lado os recuerdo dónde termina el personaje, en un pueblo habitado por animales antropomórficos que tienen casas como las nuestras (aunque sin aseos y tal, y tampoco he visto letrinas en ningún pueblo), y si algo me ha enseñado el cine y la literatura es que cuando algo así ocurre es o porque el personaje tiene un trauma personal muy chungo que le hace abstraerse de la realidad, o porque le da al cannabis a base de bien.
El tema es que el personaje va por la vida con una mano delante y otra detrás, así que a las primeras de cambio se deja engatusar por un mapache usurero que lo esclaviza por los siglos de los siglos, forzándole a trabajar a su tierna edad, ya sea de repartidor, recadero, cazador, arqueólogo, pescador, haciendo chanchullos de compra/venta, especulando con la bolsa del mercado de nabos... y todo sin declarar ni tributar. Esto tiene aún más miga cuando pensamos que en la entrega sacada para 3DS el personaje además ejerce de alcalde, tan pequeño y ya corrupto, y encima, lejos de alcanzar el cargo de forma democrática, lo consigue de forma irregular, a dedo.
Lo primero que cabe destacar es que el aldeano es un crío, un crío que un día coge el tren o el autobús (según la entrega), así como si nada y se pira de casa, y todo apunta a que es ¡con el consentimiento de la madre!, pensadlo con detenimiento, ¿qué lleva a un crío a irse de casa?, ¿y por qué la madre se lo permite?, yo no quiero acusar a nadie, pero creo que el padre no es trigo limpio (y a diferencia de la madre tampoco es que muestre mucho interés en la aventura del niño). Por otro lado os recuerdo dónde termina el personaje, en un pueblo habitado por animales antropomórficos que tienen casas como las nuestras (aunque sin aseos y tal, y tampoco he visto letrinas en ningún pueblo), y si algo me ha enseñado el cine y la literatura es que cuando algo así ocurre es o porque el personaje tiene un trauma personal muy chungo que le hace abstraerse de la realidad, o porque le da al cannabis a base de bien.
El tema es que el personaje va por la vida con una mano delante y otra detrás, así que a las primeras de cambio se deja engatusar por un mapache usurero que lo esclaviza por los siglos de los siglos, forzándole a trabajar a su tierna edad, ya sea de repartidor, recadero, cazador, arqueólogo, pescador, haciendo chanchullos de compra/venta, especulando con la bolsa del mercado de nabos... y todo sin declarar ni tributar. Esto tiene aún más miga cuando pensamos que en la entrega sacada para 3DS el personaje además ejerce de alcalde, tan pequeño y ya corrupto, y encima, lejos de alcanzar el cargo de forma democrática, lo consigue de forma irregular, a dedo.