El niño que se embarcó en innumerables aventuras en el bosque de los Cien acres con su banda de animales de peluche, ha crecido y… ha perdido el rumbo. Ahora les toca a sus amigos de la infancia aventurarse en nuestro mundo y ayudar a Christopher Robin a recordar al niño cariñoso y juguetón que aún tiene dentro.
Ewan McGregor es el encargado de encarnar a un Christopher Robin que ya no recuerda lo que era reír y divertirse.
De crío nunca fui muy fan de los dibujos animados de Winnie the Pooh, pero a medida que fui creciendo, fui apreciando más y más ese halo melancólico que rodeaba a unos personajes para los que todo era positivismo (bueno, para todos menos para Ígor y quizás también Conejo), y en ese sentido creo que Foster acierta de lleno sucumbiendo a Christopher Robin en un arisco adulto.
Desde luego, la fórmula de esta película no es nada nueva, los mismísimos Steven Spielberg y Robin Williams nos la mostraron ya en otra ocasión, y 'Christopher Robin' no sorprende en ese sentido... salvo por sus personajes, unos personajes donde hasta la conversación más alocada y absurda puede cobrar sentido, y que nos harán recordar lo importante que es seguir manteniendo vivo ese niño que alguna vez fuimos.
Lo que sí que no me ha gustado mucho ha sido el diseño de Pooh y Tigger, hubiese preferido algo más chillón y caricaturesco.
Ho!
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