Tras tener el mejor coche el año pasado, este año sin duda McLaren era el rival a batir, pero los de Woking se han mostrado tremendamente sólidos, todo lo contrario a sus rivales. Mercedes y Ferrari aparecían en algún que otro podio para desaparecer luego, y Red Bull sólo ha contado con un piloto para sumar puntos de forma consistente (la historia de siempre de los de Milton Keynes en las últimas temporadas). De hecho, ha sido toda una sorpresa ver a Verstappen luchar por el mundial hasta el último momento.
En cuanto al mundial de pilotos, durante la primera mitad de temporada Piastri presentó su candidatura al título, gracias sobretodo a una solidez indiscutible, pero también a que su compañero de equipo cometió demasiados errores, y que a Verstappen se le veía más tiempo peleándose con su monoplaza, que con sus rivales. Pero en la segunda mitad del campeonato, todo cambió, Piastri, tal y como le pasó el año pasado, se hundió mientras veía cómo un Norris mucho más sólido le quitaba el liderato, y Verstappen les iba recuperando terreno pese a todos sus problemas con el coche, llegando incluso a terminar la temporada con más poles y victorias que los pilotos de McLaren, y quedándose a tan solo dos puntos del título (si el año pasado me quité el sombrero ante el holandés, este año ya no sabría qué quitarme), aunque también cabe decir que el muro de McLaren ha ayudado mucho a que esto fuera posible, con errores en estrategia, no saber en ocasiones gestionar a sus pilotos, e incluso ver cómo sus pilotos fueron descalificados porque el coche no cumplía el reglamento.
Ya en una segunda fila tenemos a Mercedes que, sin grandes alardes, ha conseguido el subcampeonato de constructoras, gracias sobretodo a un Russell que esta temporada ha conseguido un par de victorias, y, sin destacar en exceso, estar casi siempre cazando el máximo número de puntos posibles, para contrarrestar a un Antonelli cuya temporada le ha servido sobretodo para afianzarse a la categoría.
Pero desde luego la principal decepción de esta temporada ha sido, otra vez, Ferrari, ya no porque Ferrari tiene esa obligación de ganar siempre, también porque venía de una temporada donde estuvo luchando por el campeonato de constructoras, y además este año contaba con todo un heptacampeón, pero ni el coche ni el muro han estado a la altura, ni Hamilton ha conseguido sacar partido de lo que había, todo lo contrario a Leclerc, que ha sido muy superior al inglés durante toda la temporada.
Y a partir de ahí tenemos a un Williams que ha progresado significativamente gracias a los buenos puntos de la primera mitad de año de Alborn, y a un Carlos Sainz que ha ido de menos a más consiguiendo incluso algún podio. Y tras el equipo inglés ha habido una interesante pelea entre Racing Bulls (con una notable presentación del siempre emocional Hadjar), Aston Martin (con el incombustible Alonso rascando a veces incluso de donde no hay), Haas (con muy buenas actuaciones de Bearman), y Sauber (con otro experto en sacar lo mejor de sus coches como es Hulkenberg). Para terminar con un Alpine ya totalmente descolgado donde sólo Gasly ha conseguido sumar algunos puntos.
Ahora viene la temporada que muchos esperaban, donde los cambios de normativa pueden cambiar todo, donde Audi toma el relevo a Sauber contando además con motor propio, Cadillac entrará como la escudería número once montando motor Ferrari, Red Bull y Racing Bulls se despiden de su socio Honda para seguir montando un motor propio con la colaboración de Ford, Aston Martin cuenta con Adrian Newey para el diseño del coche y con Honda para suministrarles sus nuevos motores, y Alpine abandonará los motores Renault para montar motores Mercedes.
Y en cuanto a los pilotos, en principio sólo habrá una cara nueva, y casi todo seguirá igual salvo por las incorporaciones por parte de Cadillac de dos viejos conocidos (Checo Pérez y Valtteri Bottas), y que Hadjar tomará el asiento de Tsunoda en Red Bull, mientras que Arvin Lindblad ocupará el asiento libre de Racing Bulls.
Ho!
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