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sábado, 8 de enero de 2011

Predators

Cuando creíamos que en Hollywood tenían suficiente con los remakes, empezaron con los reseteos y las secuelas de sagas míticas, como es el caso de 'Depredador', cuyas dos primeras películas han creado fans incondicionales, y cuya tercera parte nos sitúa lejos de la tierra.

Royce, un mercenario americano, se despierta mientras cae al vacío. Un paracaídas se abre y aterriza en una selva desconocida. Allí coincide con otros siete tipos de pasado diverso: soldados, asesinos a sueldo, psicópatas, guerreros. No saben por qué están ahí, ni cómo han llegado, ni dónde están, ni cómo salir de esa situación. Sólo dos cosas se harán patentes en poco tiempo: no están en la Tierra, y se han convertido en la presa de unos depredadores alienígenas.

Para esta tercera entrega Robert Rodríguez ha puesto tras las cámaras a Nimród Antal, un director bastante desconocido, y en pantalla a Adrien Bodry, Alice Braga, Topher Grace o Laurence Fishburne entre otros.


Si bien se nota que en esta ocasión tratan de recuperar la esencia de la primera película, repitiendo en un escenario similar y con unos protagonistas del mismo estilo, los parecidos llegan a ser tantos, que uno tiene la sensación de ver una torpe revisión con más efectos especiales.

La película empieza muy bien, dejando entrever un gran potencial en el posible desarrollo, pero a medida que este avanza el guion se desinfla tomando una serie de derroteros que personalmente me han parecido incluso vergonzosos, además de una serie de giros bastante prescindibles.


Si a todo eso le sumamos el abuso de la oscuridad en gran parte de la acción, y unas actuaciones más bien discretas siendo generoso, nos encontramos con una secuela que aporta más bien poco, y cuyo mayor interés es el cúmulo de referencias que hacen a la película de John McTiernan.


Ho!

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