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lunes, 10 de marzo de 2008

Día electoral

Como imagino que sabréis ayer era día de elecciones generales para escoger el congreso de diputados y el senado. Un día como cualquier otro para la gran mayoría que no habrán perdido más de un cuarto de hora para acercarse al colegio electoral y emitir su voto, pero para mí han sido unas elecciones muy diferentes, ya que me tocó presidir una mesa electoral.

El hecho de tener que pasarme más de doce horas ejerciendo mi obligación, no era plato de mi gusto, y menos viendo la miseria que me pagaban, aún teniendo en cuenta la reducción de cinco horas en mi jornada de hoy, pero dentro de lo que cabe creo que ha sido una experiencia muy enriquecedora, aunque también algo decepcionante.

A las 8 de la mañana me presenté en el colegio, y lo primero que me encontré era una sensación general de no saber qué hacer, pensaba que habría alguien que nos iría dando algunas directrices, pero nada, con lo poco que me había quedado claro del librito de instrucciones que se me había entregado con la notificación, traté de comprobar que tenía todo lo necesario, y formé la mesa con la primera vocal titular, el primer suplente del segundo vocal, y los dos interventores que me facilitaron sus credenciales. A las 9 se abrieron las puertas y con ello vino la avalancha de personas mayores que madrugaban para emitir sus votos, si algo saqué en claro es que ellos están más concienciados y valoran más su derecho a votar que no los jóvenes, al menos en el distrito al que pertenezco.

Podría contar bastantes anécdotas, como la visita que nos hizo el alcalde, saludándonos uno por uno, pero en general creo que ha habido un muy buen ambiente, la mañana fue bastante amena, y la tarde, un poco más aburrida con votos puntuales, tampoco se hizo muy larga. El verdadero lío llegó a la hora de abrir las urnas y empezar el recuento con un sistema tan arcaico como manipulable y problemático en caso de que los votos al congreso no cuadren. En nuestro caso no hubo mayor problema, pero otras mesas sí tuvieron problemas.

Una vez terminado todo tenía que ir al juzgado a llevar dos sobres, la policía nos llevaba pero luego no nos subía, así que me desplacé en mi propio coche... cuando llegué a casa eran las 11 de la noche, 15 horas por 60 miserables euros. Sinceramente creo que la administración debería ser ejemplar en ese sentido, retribuir una dieta más equitativa, o por lo menos no obligar a la gente a ejercer funciones en una mesa electoral uno de los pocos días en los que podemos descansar, que utilice a gente que esté en el paro.


En fin, ahora espero que no me vuelva a tocar en mucho tiempo ^^


Ho!

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