lunes, 11 de septiembre de 2017

The last guardian

A finales del año pasado salió a la venta uno de los títulos más esperados para los fans de las anteriores obras de Fumito Ueda: 'The last guardian'.

Descubre una misteriosa amistad entre un niño y una criatura alada en un mundo ancestral...

El título fue anunciado para PlayStation 3 allá por 2009, pero tras muchos retrasos, muchos rumores de cancelación, e incluso la marcha de Ueda (aunque se mantuvo como consultor) de la compañía, el juego terminó saliendo para PlayStation 4.


'The last guardian' fue una de las principales razones de que yo adquiriera en su día una PlayStation 3, 'Ico' es uno de mis juegos favoritos de todos los tiempos, y 'Shadow of the colossus' no deja indiferente a nadie, por lo que podéis imaginar que el culebrón que ha habido con este juego ha jugado muy en su contra en cuanto a mis expectativas. Aún así nunca dejé de seguirle la pista, y cuando por fin salió se convirtió en una de las razones para adquirir una PlayStation 4. El resultado: un quiero y no puedo.

No negaré que el juego acierta de lleno en lo que mejor sabe hacer Ueda, cala, trasmite de forma genial esa relación entre el protagonista y Trico que poco a poco se va apuntalando, además de que Trico consigue fácilmente que nos encariñemos con él, por no hablar de que el estilo artístico y la ambientación están a la altura de los anteriores trabajos del Team Ico, aunque no dejo de preguntarme si realmente este juego no podía haber salido en PS3.

¿El problema?, todo lo demás, el juego falla estrepitosamente en la cámara y el control, ofreciendo una experiencia horrible en muchos casos. La cámara hay zonas donde es un lastre, no nos permite explorar las zonas cómodamente, a veces se vuelve loca, y como Trico se meta de por medio ya mejor ni hablamos. Por otro lado está el tema de un control que deja mucho que desear, y no me refiero sólo al poco amigable manejo del personaje, también hablo del tema de dar órdenes a Trico y que este pase de ellas olímpicamente, o se las tome con suma calma. Entiendo que eso pueda darle algo de realismo, pero la experiencia jugable se ve muy mermada, porque muchas veces, aunque sepamos cómo resolver un puzle nos podemos tirar minutos de reloj tratando de que Trico haga su parte, o incluso puede que desistamos momentáneamente pensando que quizás esa no es la forma de solucionarlo.


En resumen, un gran juego en la parte más creativa, pero de suspenso en la parte más importante, en la jugabilidad. Si yo quisiera realismo sobre "educar" a un animal, no jugaría a un juego, adoptaría otra mascota.


Ho!

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