miércoles, 6 de octubre de 2010

Acerca del entrenador Pokémon

Cada vez que nos ponemos a jugar a alguna entrega principal de la saga 'Pokémon' nos solemos poner en la piel de un entrenador (o entrenadora) Pokémon, y bueno, a lo largo de toda la aventura nos irán diciendo lo grande que somos, lo bien que nos llevamos con nuestros Pokémon, lo mucho que nos quieren, lo bien que los cuidamos, lo puros que somos de corazón, lo... ¡¡¡lo cabrones que son todos los habitantes del universo Pokémon!!!

Pero a ver, ¿cómo puede decir alguien eso del personaje que controlamos?, si los entrenadores son unos personaje que se dedican a llevar un Pokémon para hacerle luchar contra otros, ya sea por necesidad porque nos ataca un peligrosísimo Metapod ¬¬, como por simple entretenimiento cada vez que vemos a otro entrenador... y encima con apuestas de por medio, apuestas que se cobran al terminar el combate. Si en vez de Pokémon entrenara perros para hacer peleas callejeras ¿qué pensaríais de él?, pues esto es lo mismo. Los entrenadores Pokémon utilizan a los Pokémon para ir avanzando, se creen con el derecho de impedir que la naturaleza siga su curso cuando un Pokémon intenta evolucionar, les obligan a mutar cuando a veces no quieren, los capturan para meterlos en unas bolas reducidas donde no les cabe ni la cola, y luego en muchos casos enviarlos a un ordenador, ¡¡¡un PC de alguien que al principio ni conocemos!!!, eso es peor que meterlos en una jaula, es meterlo en una jaula que ni sabemos si está en el polo norte.

El trato que les ofrecen es lamentable, sólo les dan de comer a las criaturas cuando se les quiere curar algún estado alterado, o se les intenta potenciar algún nivel de combate... pobres bichos, pasan de su tranquila y despreocupada vida de animales salvajes a vivir esclavizados y tener que darse de hostias por sus entrenadores.

Pero es que el asunto no queda ahí, no contentos con ir capturando Pokémon por simple capricho de coleccionismo (porque con unos pocos uno ya tiene más que suficiente para pasarse el juego), luego los intercambiamos: "te cambio este Magikarp de nivel 3 por ese Gyarados de nivel 20 y no hace falta que me des las gracias", ahí demuestran lo mucho que quieren y respetan a los Pokémon que capturan, como cromos.

Luego ya ni hablemos del sadismo de algunos entrenadores: "yo con mi Pokémon planta en nivel 50 voy sobrado... vaya, ha sacado un Pokémon de fuego, ¡da lo mismo, a seguir luchando!", o "vaya, el Pokémon ha sido envenenado, no sé si gastar un antídoto... ¡na!, mejor pongo a otro y a ese ya le curaré cuando lleguemos a un centro Pokémon, que agonice por el camino", pero ¡eh!, no pasa nada, cuando gana un combate, aunque haya sido de forma desastrosa, no faltará el comentario de lo buen entrenador que es para subirle el ego. Y eso por no hablar de la estrategia favorita para subir de nivel a los Pokémon: ponerlos de salida para que su primera acción sea cambiarse por un Pokémon con nivel, ¿cómo puede ganar experiencia y subir niveles así, si el bicho no sabe ni lo que es pegar o que le peguen?, ¿cómo puede llamarse entrenador alguien que no se molesta en buscar rivales de un nivel parecido al de su Pokémon y tira de esas artimañas?.

Y ya ni os cuento cuando el entrenador quiere viajar por el agua o por el aire, usando muchas veces Pokémon pequeños que no pueden ni con su alma.


Bueno, creo que ha quedado bien claro que el entrenador Pokémon no es ni por asomo el buen chaval que intentan vender los habitantes de un mundo donde el que manda a los Pokémon a pelear contra otros Pokémon es considerado un amante de los Pokémon :S, que además es un maleducado que muchas veces pasa de dar su número de teléfono, o lo que es peor, de contestar cuando le llama su madre... menudo ejemplo para millones de niños, pero vamos, ¿qué se puede esperar de alguien que tiene un cuarto propio y obliga a su madre a dormir en la cocina?.


Ho!

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